lunes, 7 de febrero de 2011

Talk to me!


 Quiero que me quieran, y a la vez, tanto afecto me asusta, me dan ganas de llorar.
Intenté explicar que necesitaba ayuda, médicos, especialistas, expertos, porque cada día que paso soy más imbécil, pero no me creyeron, tengo que aprender a dejar de disimular.

La primera vez que escuché la canción más triste de mi vida, me sentí muy feliz, era un himno a la compañía, a los depravados como yo.


Es gracioso, cuando estamos completamente solos añoramos y tememos a lo mismo: compañía.
Tenemos miedo a descubrir que no estamos completamente solos en nuestros cuartos, por las noches, pero deseamos que alguien nos acompañe con desesperación en nuestra soledad.



Cada vez está más cerca el día en el que las cosas que me hacen menos, sean más grandes que yo.

No hay comentarios: