martes, 8 de febrero de 2011

Robelia

Los pecados imborrables están escritos por todo nuestro cuerpo, nuestras palabras, esa sonrisa que me fuerzo a poner frente al mundo exterior. Prefiero parecer imbécil antes que interesante, inventé secretos para justificar mis acciones a la hora de relacionarme con los demás. En comunidad, no sé quién soy, cual es mi lugar, qué es lo que pretendo de los demás, porque siempre busco algo en los otros.
¿Hay más de un mundo? Uno que gira demasiado rápido para mí, otro en el que las luces nunca existieron.
Sé que voy a vivir tanto menos que toda mi familia, pero no es más que un consuelo, cada cigarrillo me llena los pulmones de manchas negras y mi cerebro de felicidad.

El mundo no es justo ni injusto, no tiene porqués ni razón de ser, se trata de sobrevivir y no perecer en el intento. Sufrimos porque creemos que tenemos una misión en nuestras vidas, un destino, un dios nos las diseñó, somos especiales. Es una mentira, no somos más importantes que una araña ni un ratón. Ni siquiera somos necesarios. Existir es una tragedia para todos.

1 comentario:

Fer Scriabin dijo...

sabes siempre me gusta leerte en tu blog, pues ultimamente en tu face hay demasiadas personas y de alguna manera te pierdes entre las multitudes por decirlo de alguna manera si ya de por si, respecto a lo que has escrito es cierto no somos nada, quizas somos como el dinero, osea papel con tinta que realmente no vale nada solo es eso papel con tinta, pero uno le asigna el valor que uno quiere, en otras palabras no somos nada solo tenemos el valor que los demas nos dan, y al igual que el dinero realmente no somos necesarios, la ilusion de la conformidad.
sabes ultimamente eh estado perdiendo mi autenticidad con los demas eh estado empezando a comportarme como un imbecil, eres una mala influencia eh! jajajaj,

PD. me fasina cuando escribes "dios" con minuscula.