martes, 15 de febrero de 2011

SCREEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEam

Últimamente el mundo se volvió un lugar muy desagradable, donde las torturas se confunden con pequeños  placeres, la autodestrucción es el único método de relación social y las olas empujan cuerpos cansados cual cadáveres. Nos reímos de nuestras propias desdichas, competimos por ganar el lugar del ser más miserable dentro de nuestro círculo de amigos.
Ser uno de esos niños de los cuales te advertían que no te juntaras no es tan divertido como parece, venderle el sentido común al diablo por unos cinco años de diversión, planear nuestra muerte antes que una enfermedad venérea nos gane de mano,  ser un inútil hasta en tus talentos.

Y aun así veo mocosos forzando la puerta de entrada a este estilo de vida, como si toda su existencia dependiese de ello, quinceañeras que dicen que aman tanto el hacerse daño como yo, cuando sus pieles aún son vírgenes y sus ojos no vieron más allá de un monitor de luces enfermizas, sólo logran que me odie cada día más. Cuando ya no queda donde más cortarse, sigue herir al de al lado, así cree un circulo intimo (y no tanto) de gente agonizante.


Photobucket
Lo que hizo grande al hombre fue ni su fuerza ni sus aptitudes para sobrevivir, sino su inteligencia. Con cada siglo que pasa nos volvemos más idiotas, la madre naturaleza se está preparando para deshacerse de nosotros, sin nuestro único don, no seremos nada.

No hay comentarios: