miércoles, 25 de mayo de 2011

1 2 3...Quién se ha muerto ésta vez?

No tengo ataduras afectivas con nadie, soy independiente de extrañar el olor de terceros, pero un esclavo de mi miedo a la soledad en todas sus formas. Infecto de temores que a estas alturas deberían haber caducado, odio pasar tiempo conmigo.

Me puse muy personal, me encontraba en cada renglón, por lo que escribir se me tornó una tortura. Ya no sabía dónde mirar, no sólo los espejos devolvían mi imagen, desde cucharas a vidrieras, hasta en los ojos de los otros podía verme reflejado,  ver mi propia cara.
Intenté beber muchos tragos de mí mismo, siendo tan venenoso, para acabar con todo.

Tantos estímulos asesinan el talento.

domingo, 15 de mayo de 2011

Wallace

Alguien es alcohólico, vivir como tal es lo que mejor hace, conoce su rol, su posición, logra modificar su esencia por la de un ebrio, puede que sea lo mejor que hizo o hará en toda su vida. Someterlo a la burla sería asesinar parte de sí, por ahí no necesariamente nuestro mejor talento sea algo moralmente bueno.  Ésta bien que así sea, debe ser así. Lo bueno o lo malo realmente no existen, es que no sabemos vivir sin normas.
Devolverle la vista a un ciego, sería destruir lo que le hace ser quién es. Dejaría de ser conocido como “el ciego”, para  no ser ni siquiera “el sujeto”.
Hasta qué punto es necesario ayudar cuando la palabra “bueno” no significa nada para mí. Alimento al monstruo personal de cada uno, halago los defectos de una manera pomposa, para ganarme el afecto de mi víctima.

Volví a retomar el interés por los extraños, una enorme necesidad por descubrir quiénes son; su mejor anécdota, el por qué se vistieron cómo lo hicieron ese día. De vez en cuando les hablo, pongo en práctica mis habilidades sociales para hacer que un completo desconocido me dé parte de su tiempo y no me tenga miedo. Conocí a una señora que diseña páginas web, a un chico que vende juguetes para perro y a una pareja de estudiantes en la parada de un colectivo, a la una de la madrugada. Me gustan todos, me hacen olvidar de que la mentira es necesaria, entiendo que nadie tiene ningún derecho a juzgar al otro, que ser un insecto no es algo inevitablemente negativo.

miércoles, 4 de mayo de 2011

Wacky

Si un árbol en un bosque solitario se cae, ¿hace ruido? La gente que está sola, ¿existe? Gente realmente sola, que no cedieron ni una parte de sí a una memoria, gente que no llamó la mirada de terceros. Qué son, adónde van, debo de ignorar a cientos de personas hambrientas de aliento ajeno, mendigos de compañía, lo hago como parte de un tradición milenaria; la de no ver.

Tantas madres suspiran todos los días.
Cada día descubrimos más trastornos en nuestras mentes,
Repetimos que es la tierra la que se muere, no nosotros.
Los gordos, los flacos, los regulares, son todos tan perfectos.
Siempre nos queda un periodo de tiempo para sentirnos mejor

Rodearme de ordinarios, vulgares, relacionarme con los rotos porque en un principio me ilusionó la idea de arreglarlos, más tarde hablo su idioma, ESO no soy yo. Más bien el idiota que escribe en internet al aire, de modo público sin ningún público. 

lunes, 2 de mayo de 2011

Ahí, hay, ay!

Por primera vez en mi vida se refirieron a mí como parte de la comunidad no heterosexual, y me dieron ganas de llorar. No me encontré, no me encuentro, me siento un marginado.  Los hombres me dan asco, las mujeres me producen odio e intolerancia. Los hombres, destructores de vida, generadores de conflictos, violadores. Las mujeres, acomodadas, simplonas, estúpidas, completamente dependientes, anoréxicas, narcisistas.
 Sí ellos son tan desagradables como los planteo ¿por qué son tan necesarios?
Hay gente mayor que todavía cree que existen cosas tales como el odio, que la fidelidad significa atarse en lugar de sincerarse y aceptar, gente que quiere hacer feliz a quienes lo rodean, a costa de su propia felicidad. La felicidad es compartida, se recibe y reparte a diestra y siniestra.
La gente que come carne hace lo imposible para incomodarme, mi propia familia, me presionan, me tienden trampas, me resaltan, lo que se transforma en una terrible exposición de qué es mi círculo social y mi vida en él. 

domingo, 1 de mayo de 2011

The art of LOVEMAKING

Despedirme de la gente que quiero, aunque sea por unas horas, me incomoda. Despedirme de la gente que no soporto, lo considero una victoria. Cosas irrelevantes como la brevedad de la partida o el retorno no debería ser tomada en cuenta a la hora de separarse. Toda ida podría ser eterna, una persona no es la misma dos veces.


Inconscientemente fuerzo ideas en las cabezas de las personas con quienes mantengo un trato oral. Transmito pensamientos poco felices, formas de despreciar la vida y el día a día, ateísmo, nihilismo. Estudiar sobre las células oscureció la visión que tenía de la vida más de lo que me imaginé. Prefiero parecer idiota antes que pasar por un bicho raro, y lo pongo en práctica muy bien. Odio hablar, casi no lo hago, a menos que sea con gente a la que considere inflexible, por eso todos mis amigos son tercos y fríos.

Voy tres semanas libre de cualquier clase de tóxico, voy tres semanas sin inspiración, sin motivación, sin ningún cariño por la noche. Siento que perdí una parte esencial de mí, que no la puedo recuperar. Voy a votar a quién legalice todo lo que me gusta.