lunes, 21 de febrero de 2011

Surrender remember

Entro a una habitación sin luces, llena de ideas idiotas,  recién empieza la vida y ya estoy llorando en la cama de mamá, pidiéndole que me consuele. No hay terror en mi interior, sólo escupitajos de ira, deseos de estar en un paraíso, ser un conocido desconocido, fantasías mágicas. No necesito del fantástico día de nadie, de su maravillosa vida, desearía tanto el ser asexuado, o no conocer la vergüenza, que hasta mis tripas lloran por mi desgraciada sexualidad.
Tal vez nunca entendí las reglas del juego, cómo se debe ser, cómo se quiere ser, por primera vez me gustaría decir estamos tan enamorados, compartir el sentimiento y no tener que observar esa repugnante devoción dirigida a mí.
“Todo va a estar bien” sólo voy a dejar que me arrastren hasta las profundidades del mar verde.


Hace años que no me encuentro, y no recuerdo el haber sido joven y feliz a la misma vez. Tardes enteras encerrada, moretones, marcas de uñas, eran pequeñas victorias, esa gente horrible que me lastimaba. Mientras más mejor, alguien los iba a descubrir, DIOS me iba a salvar, habría justicia, por eso callaba, y eso hacía enojar aún más a todos. Dejé que se hicieran cosas horribles con mi nombre, traje la desgracia a mi escudo, no podía ser más repugnante y obesa.
NO PUEDO AMARME MÁS de lo que me amo
NADIE PODRÁ AMARME MÁS DE LO QUE LO HACEN
JAMÁS PODRÉ AMAR MÁS DE LO QUE LO HAGO.

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