miércoles, 23 de marzo de 2011

Sepso sepso sepso, DROGAS y rock & roll

Ganas violentamente absurdas de declararle a un señor mayor que el sexo lésbico es lo tuyo. Somos pendejos, necesitamos rebelarnos contra nuestras vidas acomodadas y sin verdadero dolor. Escuché una de las historias más duras que jamás había oído salir de la boca de alguien, y en lo único que podía pensar era que, después de todo, nos vamos a morir, si no nos despedimos de la vida a pleno, temiendo un infierno, ya estamos ahí.

Viéndome crecer, siempre sentí ternura y asco ante mi incompetencia. Soy feroz y tiemblo, ya que todo lo que hice, fue perder el tiempo.

Hoy dijeron que sin memoria, no somos nada. Me angustié, en el último año me dediqué a destrozármela, el juego es despertar para ver con quién me levanto a mi lado, adivinar de dónde salen tantas heridas en la piel, por qué la ventana está hecha pedazos. No me acuerdo como comenzó, ni por qué me entretiene tanto matar neuronas, qué hice durante un año y medio es un misterio.
Cuando dos compiten por un recuerdo, la verdad es siempre la del hombre más fuerte, quién no puede defenderlo, tiende a olvidar. Es el medio menos fiel a los hechos con el que contamos, aún así, la preferimos ante todos.
La memoria es un hibrido entre lo sucedido y lo que deseamos que hubiese ocurrido realmente. Una recopilación de memorias no es más que un conjunto de fantasías personales.
Una historia, un hecho, una anécdota, se transmiten oralmente, así con las religiones, así se puede confiar en su veracidad.

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