jueves, 10 de marzo de 2011

Eccedentesiast

  • Mi día a día consiste en evitar vivir mí día a día. Desperdicio más tiempo esquivando obligaciones que haciendo cosas que realmente disfruto.
  • Me pregunto, me preguntan, por qué a mi alrededor caen cómo palomas en rehabilitación y yo sigo en pie, rodeada de porquería, en un trono deshecho, pero sin siquiera atisbar a caer. Porque la vida es injusta.
  • Todos nos reímos cuando yo estoy hecha pedazos, saben que no tengo aprecio ni respeto hacia la vida digna, que mi caída no va a hacer ningún estruendo.

Lo único que quiero constantemente es no estar sola. Todavía no me convenzo de que los solitarios son seres humanos, son la decadencia humana en persona, son la viva representación del futuro de mi familia. Mis relativos más cercanos, padre, no les permito acercárseme mucho, por ignorancia, no maldad. Ignorancia a lo desconocido, quién sabe si la soledad es contagiosa, ¿Puede el SIDA contagiarse a través de un beso o un abrazo? Después de las campañas se esclarecieron las dudas, pero no es esta enfermedad la que me intimida.

Soy un imán para los rechazados sociales, las parias, los que son tan comunes en Internet y extraños sujetos en la vida caliente. Enumeradores de trastornos o psicopatologías, signos zodiacales y mal uso de la ortografía. Amantes de dar una mala imagen, yo soy sólo un ególatra avergonzado, prefiero creer que no existen, para no encariñarme con un monitor frío y sin pulso.

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