viernes, 31 de diciembre de 2010

Pathetic redhead

“Permíteme verte desnuda al completo.”

Eso intenté a lo largo del año, saber que pienso, si es que pienso, y por qué lo hago.

Quise volver hasta mi esencia más pura, la que me hace acordar a mí misma, reencontrarme con todos esos pensamientos con los que siempre me identifiqué. Pero también implementar nuevas estrategias. Creo que por eso no busqué relacionarme con nadie e incluso corté lazos viejos, enterré nombres y descubrí a viejos conocidos.

Marlboros vencidos

Jamás volveré a estar limpio, inmundo de recuerdos invisibles. No es que crea que no existieron, pero mi cabeza permanece en lugares inesperados. Lejos de mis hombros reconoce su error más mortal.

Ningún sabio reconoce mi visión de la historia. Me gustaría tanto saber cómo empezó que no se compara con esta alegría.

Nos mantenemos delgados de hambre, no peleamos ni hablamos. No lloramos porque no odiamos. Desconocemos el rostro del prójimo al lado.

Queremos esta vida de monstruosas tentaciones por siempre.

Grandes fortunas, pequeñas familias, escasas relaciones.

Solo quiero fantasear con que ninguna de estas cosas sucede en mi mugrosa habitación.

Habían tres animales con los que me sentía identificada: el tiburón, la serpiente y el tiranosaurio rex. No porque tengan alguna característica en especial, solo porque me encantaban, eran los tres únicos que me parecían no podían tenerle miedo a nada ni a nadie. Ahora sé que si tienen miedos, no existe la perfección, sus miedos son sus pares, más fuertes, el miedo a no cumplir sus necesidades básicas (comer, reproducirse, ser lo que son), el miedo a dejar de existir.

No hay comentarios: