viernes, 24 de diciembre de 2010

Don't Fear The Reaper

Hoy es un día muy especial, es el día en el que aceptamos tu aplicación de ser humano, el día en el que tu vida se ira por la basura, el día donde todos te tendrán lastima, el día en el que tendrás que hacerte cargo de que tu corazón siga latiendo para poder planear tu regreso triunfal.

Vas a llorar e implorar volver al castillo en el que vivías, pero firmaste con nosotros, y no hacemos devoluciones.

Abriremos tus entrañas, tocaremos todas esas cosas que nunca quisiste saber que tenias dentro y las pondremos del revés.

Bienvenido al mundo















Cuando era chica me imaginaba entrar al cuarto de mis viejos y encontrar dos esqueletos en su lugar. Tenia mucho miedo de quedarme sola, de no saber usar el teléfono, de tener que vivir con mis tíos y sus costumbres diferentes a las mías.




No me asustaba la idea de la muerte, sino de que el proceso de esta sea doloroso, la edad, el lugar, el cielo y el infierno son cosas insignificantes comparadas con el dolor.

Una vez, en el hospital, no lamenté el hecho de morir tan joven, sino el terrible dolor por el que mi cuerpo tenía que sufrir.

Tolerar el dolor mental siempre es mas fácil, basta con asesinar la personalidad y convertirse en un ser frívolo, en alguien mas. Pero el físico siempre es un castigo, no hay donde escaparse, siempre vuelve por mi.

Desde temprana edad obligué a mi cuerpo a someterse a las mas diversas actividades: pisar la arena hirviendo al sol hasta que mis pies se hinchen; golpear mis nudillos contra superficies rasposas para que sangren; dejar de comer un día entero, porque así, cuando llegaba la hora de recibir una golpiza involuntaria, mi cuerpo no se sorprendería, e incluso, a veces, creería que era yo misma pegándome.

Tenia un lema ridículo: “torturarse el doble de lo que los demás van a hacerlo después.”





Me tuvieron lastima por algo que me hace sentir orgullosa; el hecho de ser independiente de cualquier tipo de creencia.

Me dijeron con total sinceridad que debía ser muy triste tener una vida vacía.

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