La aventura joven, empujada por el motor del miedo,
confundido por trasgresión.
Aplacó toda emoción mundana. Muerte a las sorpresas. Paisajes
y festejos invisibles a las expresiones faciales.
Mi cerebro es un conjunto de órganos desparramados sin
razón.
Me ahogo en un egocentrismo disfrazado. Nadie a excepción
de mis broncas tiene lugar en el pensamiento.
Saliva dulce en mi cara, un desorden en mi cuerpo,
porquería que rodea mi reputación.
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