lunes, 18 de junio de 2012

I see a darkness.


Miedo de ser esa persona amargada y envidiosa. De hincharme con rencores, esclavo de impulsos y de sentimientos precipitados.

Estoy aterrado, pienso demasiado, no sé cómo apagarme.
El alcohol no me relaja, las drogas no me permiten ser un tercero.
Estoy condenado a vivir mi presente de por vida.
Sin escapatoria.

Dos semanas después el mundo me da vuelta.

Abro los ojos en una cama nueva.
Abrigada por el humor, mi cuero esparce el rumor de revivir.
Otra oportunidad de ser quién siempre merecí.

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