sábado, 18 de febrero de 2012

Si algún día dejo de amar la violencia, dame un balazo.

Y odio al sexo por sobretodo. El principal maestro de las manipulaciones, el motor de odio, la primera división. Tan incómodo, dentro y fuera de mi. Monstruos quienes se liberan, prisioneros quienes lo aceptan como a uno mismo. Hombres, mujeres, hembra y varón, engaños, violencia, secretos. No conoce la paz. Condenado al silencio o a saciar el hambre de los ojos ajenos.

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