Intentarán romper mis huesos, quebrar mis ideas, me enviaran de vuelta a mi cueva para decirme el desperdicio de oxígeno que fui.
Máquinas, fabricantes de carne, nunca de vida.
Madres de la generación sin ombligo.
Jóvenes que jamás estuvieron unidos a otra vida proclaman ser los nuevos profetas del amor.
Sin cordón umbilical, se pasean solitarios para siempre.
Hijos de sus ideas, sus propios creadores.
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