domingo, 30 de octubre de 2011

Uini de pu

¿A qué edad soy un adulto?
Odio estar sobrio, siento cada queja del cuerpo. Odio estar volado, me nacen paranoias de convertirme en imbécil. Al final el cuerpo siempre me va a doler, y no existe cura contra la imbecilidad.
En un momento no hay marcha atrás a la vida conocida, no se puede volver a ser un mocoso cuando decidimos volvernos personas. Es un camino de humillación y reconocimiento ante errores pasados, nunca un cadáver se entierra lo suficientemente profundo.


Cuando una persona se va, deja un agujero. Llenarlo es fácil, pero si se trata de reemplazar a un hijo es diferente. Si yo me voy, mi madre tendría que tomarse la molestia de volver a embarazarse, de sufrir un parto, y deteriorarse el cuerpo otro poquito más. No soy yo el que tiene valor, sino el espacio que ocupo.

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