miércoles, 5 de octubre de 2011

Rejuvensex

  
Mi aspiración inicial era ser reconocido como un dios, luego  el trascender en el recuerdo, y hoy en día me basta con poder reconocerme a mí mismo en el espejo.
Me creía un artista, un fotógrafo, un animal de las letras. Veía inspiración en cada esquina, me creía independiente del contacto humano y apasionado de los estudios que amo.

Yo dejé que el nihilismo, el sinsentido absorbiera mi vida. Sé que la perfección no existe, que mi vida no significa ni significará nada jamás, que nada de lo que haga trascenderá ni siquiera una generación, entonces ¿por qué preocuparse? Ya no creo en la humillación pública, busco el placer a corto plazo.


Vivo el día a día amargado, en vez de flotar siento que mi cuerpo explota una y otra vez. No hay premio en la amabilidad, pero es un método para evadir a la consciencia llorando todo el día. Viví demasiado tiempo siendo solo yo, necesito más vidas, más máscaras, aparentar una nueva identidad.

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