Ese lugar lleno de paz, ese punto tranquilo, es todo nuevo para mí. Ya no me interesan las faltas de ortografía, que semanas atrás me censuraban el pensamiento.
Nací para amar la magia, magia que perdí hace muchos años. Lo que no podía explicar nada tenía que ver con dios, yo podía elegir su misterio, buscarle un sentido que me haga desear más, la religión destruyó los cuentos de hadas que me recitaban.
Era de esos niños que lloran toda la noche, inconsolables, que juegan solos durante el día, y que la comida les genera presión. Leía mucho, hablaba a los objetos, me encerraban muchas horas cuando mi mamá no estaba. Volver a esa casa saca lo peor de mí, me vuelva solitario otra vez, pero no puedo borrarla de mi mente.
=
Hoy cree una gran dependencia sobre mis amistades, necesito su compañía constante, saber que estamos bajo el mismo techo. Cuidar y ser cuidado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario