martes, 19 de julio de 2011

Hey, listen!

¿A dónde se fue el amor que tenía por ésta ciudad? ¿A dónde se fue la promesa de que nunca me iba a lastimar? Nada de lo que observo me complace, todo me da asco, es sucio, descuidado, vulgar. La gente, son solo figuritas repetidas, corrientes, público televisivo. Mi ciudad ya no es la misma.

Pesando diez kilos menos que la persona que me opaco toda la vida no llegué a nada más que al hambre, gente desperdiciando su tiempo en dietas que no van a funcionar en vez de tener sexo, en que sus rodillas se vuelvan huesudas y pequeñas mientras las cabezas voltean por un busto bien alimentado.

Años de maltrato y violencia salen poco a poco a la luz, el humor como única herramienta de comunicación. Repitiéndome que no llore porque estoy bien, al final terminé odiándome. Soy un escéptico, nihilista, pero creo como insulsa en el amor incondicional, sólo para contradecir.

Amigos que se autoproclaman abiertos, dicen que me aceptan y a las tres de la mañana me ruegan por un ménage à trois. Amigos que me dicen anoréxico, y después me piden ayuda con sus dietas. Amigos que me dicen puta, para contarme al día siguiente como les acabaron en la boca.

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