Estaba haciendo una prueba y dejé de hacerla por escribir esto:
“nosotros vivimos de la hipocresía. Holden odiaba a los hipócritas. Holden se tuvo que dar cuenta que todos, incluso él, somos hipócritas. Se dio cuenta que él era lo que odiaba.”
Quiero deshacerme de todos los pensamientos sucios que no me dejan dormir. Solo puedo pensar en ideas enfermas conmigo y gente conocida como protagonista.
Nunca voy a ser lo que siento que soy. Uno desperdicia toda su gracia en arreglar esos problemas que nosotros mismos inventamos en nuestra cabeza. Lo que no nos deja sobresalir del grupo es ese deseo colectivo por resaltar, somos millones pensando en cómo diferenciarnos del resto, así terminamos todos iguales.
Uno es grande cuando puede decir malas palabras sin alterar a ningún mayor.
Encontré esto por ahí:
Cada civilización sigue la línea íntima de una religión que la representa: pasar a otras religiones es perder ésa y, por fin, perderlas a todas.
Nosotros perdimos ésta, y también las otras.
Nos creamos a nosotros mismos, Nos quedamos, pues, cada uno entregado a sí mismo, a su propia manera en la desolación que representa la libertad de sentirse vivir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario