jueves, 15 de diciembre de 2011

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Tengo siete caras, una más enferma que la otra, todas igual de feas.
Pude ser un reloj, o un cartel de alto, hubiese sido una canción de amor, cualquier cosa y soy esto. Mis ojos están en la cara de un extraño, se refleja en mi espejo, pálido, agradable persona.
La mañana ruega por no aparecer hoy, estoy acabado en el fondo del océano, ojalá no consumiese tantas sustancias. Ojalá tratase mejor a la gente gorda, ojalá no hiciera llorar a mis amigas como lo hice a lo largo de todo el año.



Necesito hablar sobre tantas cosas, pero no encuentro el lugar.
Sé que éste blog es mío, puedo hacer lo que quiero con él, me preocupa que algún conocido lo lea.
Pasan cosas tristes en mi casa, y no quiero dejar evidencias sobre mi vida privada en ningún lado.

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