El río transita por mi cuerpo.
Fluye, compañero con mis piernas.
Sorbe la mugre amontonada en mi piel, cuestiona mi origen y dirección.
Peino su corriente y creo remolinos a voluntad.
No escapa de mi tacto, contamino y lavo sincrónicamente.
Se agota, evapora, me expulsa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario