Estirás tu lengua para cargarla con mentiras pesadas y
hablás hasta partirla al medio.
Un par de neuronas menos y tú cabeza va a explotar.
Le pusiste un precio a tu descendencia, y la entregaste
al primer regateador.
Mientras, las arrugas se comen tu cara, y la conciencia
te llora al oído.
Estamos todos esperando que admitas tu daño.
Llenos de un cariño nuevo, del amor que no nos quisiste
entregar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario